Irnist, hijo de
Rengar Hierro Afilado, conocido ahora como Irnist el Sabio o Irnist Morkai, nació en la isla de
Vanaheim, al este de Asaheim, en la tribu de los Martillo de Enemigos.
El chico nació mudo
y siguió así por siempre. Como todos en Fenris tuvo una infancia dura, y como
todos en Fenris creció escuchando sagas y leyendas de grandes héroes caídos en
batalla que alcanzaron su gloria después de una vida honorable, hasta que al
fin celebró la festividad de la adultez.
Nunca le gustó
guerrear con otros clanes, así que navegó como comerciante junto a su tío,
Farengar el Basto, a bordo del Rompeolas. Cabalgaron las olas del Gran Océano
enfrentando tormentas devastadoras y resistiendo los continuos asaltos de los
ladrones de las aguas, haciendo trueque con piel de morsa y carne de orca.
Pero todo cambió
cuando una oscura y lluviosa noche los cogió por sorpresa, algo normal para
ellos, solo que la lluvia torrencial no vino sola. De las entrañas removidas de
la profundidad oceánica surgió un monstruo terrible, un horror serpenteante que
arremetió contra el Rompeolas sin piedad, con la intención de devorar a todo
aquel que había invadido su territorio. Con su primera carga partió el barco
por la mitad, haciendo que el cargamento de hombres y material se hundiera
junto a los demonios abisales. Cuando se dispuso a acabar lo que había
empezado, la bestia advirtió que en lo alto de la parte delantera del barco
hundiéndose, peleando contra la adversidad, una figura solitaria aún sostenía
un hacha, desafiante y esperando una muerte gloriosa. Cuando la gran serpiente
dispuso su ataque, Irnist saltó desde lo que quedaba del barco de su tío
blandiendo su arma en lo alto, asiéndola con ambas manos, con el firme deseo de
morir con honor y valentía. Tal era su fijación que pareció que la misma
tormenta formara parte de su furia y una hélice de relámpagos cayó desde el
cielo, atravesando el cráneo del monstruo de arriba abajo, muerto ya antes de
hundirse en lo profundo.
Cuando despertó ya se encontraba de camino al Colmillo en una cañonera Thunderhawk. Desde lo alto, un sacerdote lobo presenció el combate contra la serpiente, viendo potencial en el chico. Desde un principio, los sacerdotes rúnicos del capítulo detectaron el poder de invocar la tormenta y controlar el rayo en su espíritu, así que lo iniciaron en la senda.
Ahora invoca el rugir de la tormenta, el poder del rayo y el espíritu de la tierra con su férrea e implacable voluntad, sin formar palabra alguna. Aunque hayan pasado casi trescientos años desde aquella oscura y lluviosa noche, Irnist nunca olvidará el momento en el que el destino dispuso el camino que le ha llevado hasta ahora, convertido en un sacerdote rúnico del capítulo Astartes de los Lobos Espaciales, fiel servidor del Emperador y protector de la Humanidad.
La miniatura está pintada por mi señora, mi habilidad con los pinceles es mucho menor :)
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